
Por Martin Scaltritti Lic. Ciencias Biológicas – Becario Doctoral CONICET. Linkedin
Las enfermedades zoonóticas son enfermedades producidas por patógenos presentes en distintos animales. La definición de estas enfermedades tiene un importante factor ecológico: en algunos casos, estos patógenos se encuentran en animales que actúan como reservorios principales. En otros casos, están bien establecidos tanto en animales como en humanos (tuberculosis bovina y salmonelosis, por ejemplo)(1). Otros, como en el caso del ébola, poseen reservorios principales en los animales, con brotes ocasionales en los humanos(1). Además de estos casos, existen más enfermedades producidas por patógenos de origen zoonótico que eventualmente alcanzan un grado de transmisión entre humanos muy considerable (Como las influenzas).
Este grupo de enfermedades ha azotado a la humanidad durante siglos(2): muermo, ántrax, ébola, rabia, peste bubónica, tuberculosis, influenza, hantavirus, fiebre amarilla y una lista que continúa hasta el día de hoy con el virus que comenzó a cambiar nuestras vidas en 2020: el SARS-Cov-2, o más comúnmente conocido como el coronavirus (Aunque, por supuesto, de estos hay una variedad muy amplia).
La lista de enfermedades zoonóticas se expande día a día, con una amplia variedad que incluye aquellas producidas por bacterias, virus o parásitos. Sus orígenes se encuentran en un abanico del mundo animal: roedores, ganado, perros, gatos y aves de corral, entre muchos otros. Sin embargo, el continuo avance del ser humano en ambientes naturales, con una consiguiente destrucción de los hábitats de distintas especies, conlleva a la aparición de nuevas y más frecuentes enfermedades transmitidas desde los animales hacia los seres humanos.

¿Y cómo se relaciona la destrucción del medio ambiente con la aparición más frecuente de enfermedades?
Por empezar, existen evidencias que el cambio climático altera las condiciones en las cuales proliferan distintos patógenos y vectores de enfermedades zoonóticas(3). Desde un punto de vista no tan globalizado, bien podríamos decir que la destrucción de hábitats conlleva a que “surjan” o “aparezcan” (Y con comillas, porque en realidad siempre estuvieron ahí) nuevas enfermedades al propiciarse contactos entre fauna silvestre y seres humanos que, tal vez, nunca se dieron o no ocurrieron durante muchos años.

Sumado a esto, el tráfico de fauna en mercados ilegales crea un nuevo factor de riesgo para que ciertos patógenos “salten” al hospedador humano. Qué mejor ejemplo que el mercado de Wuhan (China), donde se cree, con la mayor evidencia hasta el momento, que surgió el coronavirus. A esta altura ya es historia más que conocida, pero no está de más recordar que el contacto de fauna silvestre tomada de forma indiscriminada de sus hábitats naturales (Sean pangolines, sean civetas, o cualquier animal que no pertenece allí, para este caso) generó el inicio de una pandemia que dio vuelta nuestras vidas.

¿Quién diría que el tráfico de fauna llevaría a esto? ¿Quién podría imaginar que aquellos cazadores que sacaban a un animal de su ambiente y lo ponían en jaulas sucias de un mercado iban a influir en la economía global? ¿Quién podría pensar que un simpático animalito como el pangolín podía ser un protagonista en esta historia sacada de la ciencia ficción?

Bueno, en realidad, estas no son preguntas sin respuesta. En su libro de 2012 titulado Spillover, David Quammen(4) no solamente nos contó el origen de muchas enfermedades zoonóticas, si no que nos advirtió que la próxima pandemia iba a ser de este origen y que se encontraba al caer.
“No nos equivoquemos, estos brotes de enfermedades se suceden uno tras otro. Y no nos están ocurriendo simplemente a nosotros; representan los resultados imprevistos de las cosas que estamos haciendo. Reflejan la convergencia de dos formas de crisis en nuestro planeta. La primera crisis es ecológica, la segunda es médica.”
David Quammen, Spillover: Animal Infections and the Next Human Pandemic
Todo esto nos sirve como llamado de atención: Los medios de producción actuales no tienen ningún tipo de control sobre cómo afectan el surgimiento de nuevas enfermedades y cómo lo que sucede en un bosque o selva en Asia termina afectando la vida de las personas en Buenos Aires, Santiago o Montevideo. Vivimos en un mundo interconectado, donde queda más que claro que es necesario desarrollar nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza considerando que cuanto más le quitemos, más terminamos perdiendo a largo plazo.
Fuentes:
- J. Slingenbergh et al.. Ecological sources of zoonotic diseases. Rev. sci. tech. Off. int. Epiz., 2004, 23 (2), 467-484
- Shaheen, M., 2022. The concept of one health applied to the problem of zoonotic diseases. Reviews in Medical Virology.
- Leal Filho, W., Ternova, L., Parasnis, S., Kovaleva, M. and Nagy, G., 2022. Climate Change and Zoonoses: A Review of Concepts, Definitions, and Bibliometrics. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19(2), p.893.
- Quammen, D., 2012. Spillover. W.W. Norton & Company.

Licenciado en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires.
Becario Doctoral CONICET en Universidad de Buenos Aires, Departamento de Ecología, Genética y Evolución.
Actualmente me dedico a la genética de poblaciones en roedores urbanos y tengo un gran interés en la divulgación científica.
Muy linda nota Martín! Te felicito, un gran abrazo