25 abril, 2024

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“No sabemos diferenciar entre lo sano y lo insano y tenemos una comunicación nefasta”

En el libro "Relaciones", la autora española desarrolla el concepto de heridas emocionales que se generan en la infancia y que condicionan los vínculos.
Roura desarrolla talleres presenciales para a aprender sobre el amor y la paz con uno mismo Foto Victoria Gesualdi
Roura desarrolla talleres presenciales para a aprender sobre el amor y la paz con uno mismo. Foto: Victoria Gesualdi

Cómo establecer vínculos de pareja sanos, armónicos y duraderos es un tema que la española Elma Roura, especializada en gestión emocional, aborda en su libro «Relaciones», donde desarrolla cuestiones que tienen que ver con la dependencia emocional, las relaciones tóxicas, la sexualidad en la pareja y la responsabilidad afectiva.

Enfocada desde la adolescencia en estrategias para «salir del sufrimiento», Roura da respuestas a las causas que derivan en relaciones disfuncionales, muy asociadas a los patrones vinculares que se generan en la infancia y que si no se advierte sobre ellos se reproducen en los vínculos de pareja. Por eso apunta a la importancia del «autoconocimiento» y trabaja sobre términos como «heridas emocionales», «apego» como concepto positivo.

«Estar en pareja no debe ser un objetivo. Es algo que aparece para sumar a una vida que en sí misma ya es satisfactoria», sostiene polémica en el libro la autora, quien además aborda estas cuestiones desde lo biológico para explicar cómo funciona el cerebro ante los estímulos, para entender por qué las personas tienden a repetir patrones conocidos, incorporados en la niñez, que terminan condicionando las conductas.

Estar en pareja no debe ser un objetivo Es algo que aparece para sumar a una vida que en s misma ya es satisfactoria dice Roura Foto Victoria Gesualdi
«Estar en pareja no debe ser un objetivo. Es algo que aparece para sumar a una vida que en sí misma ya es satisfactoria» dice Roura. Foto: Victoria Gesualdi

Roura, que se inició en este camino desde la energía sexual y el sexo tántrico, desarrolla talleres presenciales con una metodología de trabajo destinada a aprender sobre el amor y la paz con uno mismo. «Ahora se habla mucho de amarse a uno mismo», dice en diálogo con Télam, pero advierte que llevar a la práctica ese concepto «se hace difícil cuando consideras que amarse a uno mismo es una meta, pero en realidad no lo es, es un camino de largo recorrido que no va a terminar nunca, y donde tengo que aprender a gestionar mis emociones, aprender qué es sano e insano en cada situación».

¿Por qué es importante gestionar las emociones? «Para saber qué hacer con la tristeza, el miedo, la rabia, porque no saber qué hacer con esos sentimientos nos condiciona mucho. Sentir miedo, tristeza nos paraliza, y la rabia te toma todo el cuerpo y uno no sabe qué hacer», explica.

En la obra, de ediciones Koan, la autora que estuvo de visita por el país, describe el actual contexto social, dominado por la idea de «consumir para ser felices», con un modelo enfocado en la eficacia, en ganar dinero para «comprar seguridad y alcanzar un bienestar entendido como un sinfín de experiencias y sensaciones agradables». «Vivimos en el deseo de la recompensa rápida. Se acabó la cultura del esfuerzo, bienvenida la cultura de la inmediatez, de lo efímero y de la digitalización, caracterizada por el consumo extremo de la información, la idealización de la imagen y la cultura de lo superficial».

Ante esta realidad, lo que se observa son vínculos sin compromiso, casuales. Y este sentido, Roura habla de la influencia de los medios de comunicación. «Si tienes televisión, tienes publicidad y en tu cerebro eso aparece como una información de impacto y retirada, impacto-retirada», dice. Se refiere a que «el cerebro se acostumbra a vivir con estímulos, a que las cosas son efímeras, a que las cosas te tienen que impactar y como contrapartida también te aburres. La mente está sobreestimulada, y eso ha aumentado con la digitalización, y todo eso hace, entre otras cosas, que las relaciones no sean sólidas».

Por otra parte, Roura considera que el fracaso en las relaciones radica en que «no sabemos la diferencia entre lo que es sano e insano y tenemos una comunicación nefasta».
 

Foto Victoria Gesualdi
Foto: Victoria Gesualdi

Si bien sostiene que «hay que adaptarse a las nuevas formas de comunicación» afirma que se deben «preservar los valores que para uno son importantes. Yo considero que el contacto físico es muy importante por eso creé mis talleres de Tantra. Soy hija de este mundo digital, pero creo que lo vincular es muy importante porque no quiero vivirlo todo a través de una pantalla y así nacieron mis cursos de Tantra», reunidos en el libro «El camino al éxtasis».

Roura considera que el fracaso en las relaciones radica en que «no sabemos la diferencia entre lo que es sano e insano y tenemos una comunicación nefasta».

¿Observas muchas limitaciones para disfrutar de la sexualidad con toda la exhibición de lo físico que se observa? «Que haya una explosión de lo físico, no quiere decir que realmente se disfrute del contacto físico. Hay más libertad para acostarte con quien quieras pero aun así hay cuestiones no resueltas».

¿Qué inhibe a las personas en la búsqueda del placer? «La mente» responde categórica y cuenta que en los talleres que dicta no solo trabaja con la palabra sino con la ejercitación del contacto físico.

«Acariciar el cuerpo, abrazarse, relajarse para que la persona vea que no todo tiene que ver con el tacto sexual es importante sobre todo para las mujeres, porque a veces pasan mucho tiempo sin tener contacto físico, entonces cuando el contacto físico sucede se mueren de terror o piensan que ya se han enamorado», explica. «Lo natural en lo humano es la dimensión social, la tribu, y estar en contacto con la naturaleza. Nos estamos desconectando de la naturaleza, y mientras los animales viven en comunidad, en manada, nosotros vivimos solos en un piso con cemento», advierte.

Las heridas emocionales y su abordaje

En el libro, la autora desarrolla el concepto de heridas emocionales que se generan en la infancia y que condicionan los vínculos: la de abandono, la de rechazo, la de humillación y la de injusticia, y asegura que la que más se observa es la de abandono. «Tenemos una sociedad que está muy enfocada a trabajar para sobrevivir, y en la búsqueda de seguridad, de dinero para poder estar cómodos y eso hace que los papás no puedan dedicar mucho tiempo a los niños. Socialmente también hay muchas cosas que tienen que ver con el rechazo: tienes que tener un equis cuerpo, tienes que vestir de una forma, tienes que ser de una forma y vivir de una forma. El estatus quo tiene mucho que ver con la herida de rechazo».

Las creencias sobre el amor romántico -que se sustenta en frases como el amor todo lo puede, el amor duele, la persona correcta te completa, con la pareja ideal vas a tener el mejor sexo de tu vida- constituyen para Roura un imperativo a derribar. «Si no las derribamos no vamos a poder disfrutar del vínculo de pareja», afirma y sostiene que esto atraviesa a todas las generaciones, aunque las más jóvenes parezcan tener ese tema más resuelto.

«Los jóvenes aparentemente lo tienen más superado pero no es lo mismo hablar de algo que vivirlo, integrarlo. Que se hable de superar el mito romántico no significa que en tu cuerpo lo hayas superado. Hay códigos que esos niños tienen en casa, información que ven y leen en redes que se normalizan y luego las siguen viendo en películas. No es tan fácil de una generación a otra cambiar los códigos», asegura.

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