
Por @ElPochoclos – @ElPochoclosTikTok
El anime. Para mucha gente, un mundo maravilloso cargado de historias fantásticas, dramáticas, románticas y también bizarras. Para mucha otra, “dibujitos”, “cosas para chicos”, “los dibujos raros esos” y muchas aseveraciones más. La realidad es que hoy en día no solamente el anime per se (en forma de series) sino también el cine de animación vive un auge absolutamente merecido. Por empezar, existen series de anime que hoy en día se consideran de culto absoluto y se recomiendan a un público que va más allá de los consumidores habituales del género. Claros ejemplos de estos animes son Neon Genesis Evangelion, Cowboy Bebop, Death Note, Full Metal Alchemist y la lista continúa. Estas series no tienen nada que envidiarle a muchas otras live action (osea, con personas de carne y hueso) que vemos día a día. Dale, ¿realmente crees que la novela de Telefé es mejor que Death Note?.

Ni hablar si nos metemos en el anime “más actual”, con exponentes como Attack On Titan, Demon Slayer, Jojo Bizarre Adventure, Naruto y una lista extensa. Pero si estas series son, al menos, tan buenas como muchas otras que vemos recomendadas todos los días, ¿por qué mucha gente las evita? Pregunta complicada, che. En principio, hay un rechazo generacional a los típicos “dibujos”, por lo cual es probable que si le recomendás Cowboy Bebop a tu abuela o tu viejo, lo relacione más con Tom y Jerry que con Breaking Bad. En cierta forma, es entendible. ¿Cuántos de ustedes podrían sentarse a ver un western de los 50 que dura tres horas y tiene tres líneas de diálogo? Probablemente pocos. Pero seguramente su abuelito lo vea de corrido.

Existe un componente generacional innegable en cuanto al mundo del anime se refiere. Los chic@s de los 90 (entre los que me incluyo) en Argentina crecimos con una dosis interesante de animación de la mano de canales infantiles. Muchos y muchas vimos Dragon Ball Z, Pokémon, Digimon, Supercampeones, Los Caballeros del Zodíaco y más. De más grandes nos topamos con Locomotion, un canal hermoso que pasaba anime y descubrimos más series del género. Pero es más, mucha gente siguió y sigue viendo estos programas muchos años después (Me incluyo, nuevamente, de hecho llevo Pokémon y Digimon al día). También les habrá pasado de escuchar comentarios de compañeritos y compañeritas de colegio diciendo que eran dibujitos para niños… en fin, como verán gente boba hay en todos los rangos etarios.

Pero Pocho, ¿a qué viene esta reflexión tan retro? Viene a comprender que a medida que el tiempo pasa, los géneros cinematográficos y televisivos varían y es entendible que no todos disfrutemos lo mismo. Ahora de ahí a criticar el gusto ajeno hay un trecho largo. ¿Y qué podés hacer para “convertir” a esa persona reacia a ver anime en cualquier forma en un consumidor, al menos, ocasional? Bueno, acá estoy para ayudarte. El cine de animación (japonesa, principalmente) tiene historias de los tipos y colores. Por ejemplo, encuentro en Grave of the Fireflies una de las películas más fuertes, tristes, desgarradoras y emotivas que vi en mi vida. Así que ahí tenés una para recomendar que no van a poder decir que no les genera nada.

El romance también tiene un lugar y Your name. (2016) y I Want To Eat Your Pancreas (2018) son dos selecciones en este género que no pueden pasar desapercibidas. Historias super emotivas y hermosas. Otras tienen una animación tan hermosa y apabullante (en el buen sentido) que son verdaderas aventuras visuales, como The Garden of Words (2013). En el ámbito de los thrillers psicológicos, las obras del maestro Satoshi Kon Paprika (2006) y Perfect Blue (1997) son maravillas que te van a romper la cabeza.

Finalmente, si hablamos de anime y películas de animación es obligatorio mencionar toda la obra del maestro Hayao Miyazaki y Studio Ghibli, uno de los estudios que llevó la magia de la animación a la gran pantalla: Spirited Away, My Neighbor Totoro, Princess Mononoke, Ponyo, Nausicaa, Howl’s Moving Castle y una lista muy extensa de verdaderas joyas del cine en general.

A todo esto, creo que es muy importante recalcar que el cine, como todo arte, tiene un disfrute relativo y a cargo del consumidor. Obviamente a no todo el mundo le puede gustar el anime. Sin embargo no está de más darle una chance a un género que tiene muchísimo para ofrecer a nivel narrativo, argumental, visual y sonoro. ¿Conclusión? ¡Dale una chance al anime de una vez!

Creador de contenido en Instagram (14k) y Tik Tok (100k) dedicado al mundo del cine y las series. Cinéfilo con ganas de recomendarte qué ver. Análisis nada serios ni profesionales. Te tiro la posta. Seguime para no perderte ninguna recomendación.
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