23 abril, 2024

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Baltasar Comotto presentó “Empezó la cacería“

Baltasar Comotto habla de ‘Empezó la cacería’: “Quería hacer un disco distinto a todos los anteriores”
Foto Theo Lafleur

Baltasar Comotto siempre está mutando. Este último cambio interior que comenzó hace casi dos años, en tiempos de pandemia, llegó acompañado de un momento creativo que le permitió abrir su espectro personal como músico y productor.

“Me siento transformado en todo sentido”, expresa Baltasar en los estudios Boston Rec, de Villa Devoto, “Estoy sacando a la luz mis orígenes, un montón de cosas esenciales que tenía tapadas como ser humano y que, quizás por una cuestión de cómo llevaba mi vida, puntualmente los excesos tóxicos, a veces estaba cubriendo de capas. Siento que estoy mucho más despierto que antes”.

‘Empezó la cacería’, el disco que el guitarrista dueño de un sonido casi pornográfico -definido así por el Indio Solari- editó los primeros días de marzo y presentó el pasado viernes 18 en Niceto Club. Las once canciones que integran el cuarto álbum de Comotto no surgieron a partir de los riffs poderosos de su habitual SG roja, sino de líneas de bajo, secuencias y samplers que fue maqueteando en su casa sobre bosquejos de letras.

“Quería hacer un disco distinto a todos los anteriores, que sea una experiencia diferente”, dice. “El bajo tuvo mucha participación en este trabajo. Grabé las bases en dos días con Juan Pablo Alfieri (Todo Aparenta Normal), baterista y amigo, que me dio una mano en este disco. Por primera vez grabé once bajos en un disco”.

El último disco solista no fue concebido desde los riffs de violas, pero en definitiva eso es algo a lo que, desde Rojo (2008), Comotto nos tiene acostumbrados. “Siempre le doy un lugar especial a las violas, me fascina producir guitarras, pero yo no hago discos de guitarrista estándar con solos largos”, aclara.

“Para mí la viola es un anexo de la canción. Prefiero los solos cortos, que tengan coherencia con la canción y aporten desde ese lado. También me pasa que me fijo mucho en el audio, que el sonido no se repita de discos anteriores. Por eso con Eduardo (Herrera, productor y amigo) hicimos mucho trabajo de posproducción de guitarras con plugins. Creo que este es el mejor disco en cuanto a canciones y sonido”.

Fuente RollingStone