2 mayo, 2024

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Filatelia e ilustración, fundir dos expresiones culturales en un consumo popular

La artista visual Pilar Veiga dialogó con esta agencia sobre los trabajos que realiza desplegando con su arte la argentinidad y los símbolos patrióticos populares, en piezas que se convierten en postales, stickers, posters y hasta remeras.
Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.

Maradona, Charly, Messi, Goyeneche o Evita: en un trabajo artístico que recupera la tradición de la filatelia clásica y lo combina con las herramientas de la ilustración digital más moderna, la artista visual Pilar Veiga despliega con su arte la argentinidad y los símbolos patrióticos populares en piezas que se convierten en postales, stickers, pósters y hasta remeras.

«Me parece interesante la ruptura de poner personajes que jamás estarían en las estampillas tradicionales, cuestionar el imaginario cultural histórico que tenemos», explica.

En la definición del Correo Argentino: desde épocas remotas, tanto en grabados, plomo, madera, papiro, cuero o papel, la filatelia ha transmitido ideas, conceptos y datos histórico-culturales que podrían haberse perdido en el tiempo.

Las estampillas son hoy los sellos postales, asociados a pagar el franqueo del envío de una carta. Personas enviando cartas, nostálgicos que resisten al paso del tiempo y el devenir tecnológico. Pero la filatelia es bastante más que eso: coleccionistas del mundo de diferentes generaciones y lugares se conectan para compartir sellos raros o difíciles de encontrar.

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.

¿Cómo se conecta una práctica milenaria e histórica de la cultura argentina con las generaciones de chicos y chicas que compran piezas de arte en redes? Imaginar la cara de Lionel Messi en piezas que tradicionalmente estuvieron ocupadas por próceres es difícil, hasta que una ilustradora platense tuvo la idea. Y la ejecutó.

«Lo primero que me gustó mucho de las estampillas es que son piezas muy pequeñas con muchísima información, con una técnica impresionante y muchos niveles de detalle. Y por otro lado, su origen se remonta al uso cotidiano, como los billetes. Esa combinación me resulta muy interesante», explica en una entrevista la joven ilustradora Pilar Veiga.

Ella es ilustradora estudiante de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires. Tiene apenas 23 años, comenzó sus primeros pasos en ilustración infantil y luego de prueba y error en otros estilos, eligió el rumbo de las estampillas. Nacida en La Plata, vive en Capital Federal y es conocida en redes sociales como @pilardibujito, donde tiene mas de 35 mil seguidores.

Hace algunos años, su novio le regaló un cuaderno de estampillas que iban a tirar, que era de un coleccionista que solía viajar por el mundo y las juntaba. El papá de Pilar también tenía una colección, un poco más pequeña, y ambos archivos funcionaron como base material y emocional del trabajo de la ilustradora.

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.

«Acceder a la colección de alguien, del objeto que sea, es algo muy íntimo. Todas esas piezas las fui escaneando y en ese proceso las fui sumando a mi archivo mental. Ahora, cuando pienso una estampilla, tengo todo ese fondo que es inspiración y también material para entender el género», explica.

Hay un poder de la estampilla que, como el billete, se impregna a través del uso cotidiano en el inconsciente cultural popular: una imagen que deja una huella histórica. No es casual que Eva Perón sea una de las personas más representadas en la filatelia argentina. Con este precepto, Pilar se preguntó: ¿quiénes son las personas que ocupan esos espacios de representación?

«Me parecía un buen chiste hacer una ruptura y poner a personajes que jamás estarían en la filatelia clásica, porque el correo fue la institución donde se definió qué personajes representaban al país y cuáles no. Poner al Diego o a Charly me parece un desplazamiento interesante porque nos permite repensar qué íconos nos identifican realmente y cuáles han quedado como legado. Ver a Sandro en una estampilla puede ser medio burdo, pero eso es lo que me divierte», cuenta la ilustradora.

Naranjo en flor

El interés artístico y cultural de Pilar por las estampillas se completó con las herramientas técnicas necesarias para el trabajo que planeaba: consiguió un escáner que digitaliza a 12 mil dpi. Referencia clave: el ojo humano ve a 300 dpi, que vendrían a ser como los píxeles o puntos de color. Así, una estampilla pequeña podía verla gigante, con todos sus detalles, trazos y ornamentos.

La artista visual Pilar Veiga Foto Florencia Downes
La artista visual Pilar Veiga/ Foto: Florencia Downes.

Todo el proceso de trabajo de la ilustradora es digital, no hace nada manualmente. Sin embargo, las piezas finales son impresas, tangibles, reales: postales, stickers, afiches con aspecto a estampilla que vende en encuentros, galerías y ferias de artistas. Muchas de ellas, devenidas en un altar en la casa de las personas que las compran.

«Ilustrar digitalmente me permite tener un nivel de detalle infinito. Los bocetos de cada estampilla son como un collage, voy agarrando pedacitos de referencias que me gustan e ilustro arriba. Cada pieza me puede llevar muchas semanas y hasta meses», explica Pilar sobre el proceso creativo.

La primera estampilla que hizo fue Naranjo en Flor. Después se animó a su propia versión de la imagen de Eva Perón, luego vino la de Sandro. Todas ellas tienen el tramo de una canción, como dice Pilar, tienen una musicalidad.

«Café con medialunas me parece la más graciosa. Tiene los bordes súper ornamentados, muchísimo detalle, y después aparece, central, una imagen tan trivial como una medialuna. Ese corrimiento también me parece interesante», dice la artista.

Las piezas de @pilardibujito están hechas a dos tintas, azul y rojo, y esa decisión remite a la técnica de impresión real de las estampillas tradicionales, que está dividida en una tinta de color por pasada. Las estampillas se imprimen en una plancha gigante en donde se van «solapando» los colores a medida que se imprimen.

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.

En cada estampilla dedica mucho tiempo para la pre-producción. Una vez que tiene elegido el personaje repasa e investiga todas las estampillas previas que hay ya hechas, consume contenidos sobre el personaje, mira series y películas. Se empapa del universo para poder representarlo en todo su esplendor.

Tengo la ilusión de morir amando donde estoy

Pilar ama su país, nuestro país. Le gusta su gente, su quilombo, sus paisajes y su cultura. Estoy enloquecida con Argentina, dice. Le parece importante este posicionamiento ante la ola feroz de gente que considera que «la salida es Ezeiza», como se suele escuchar. Su posicionamiento es personal, político y también artístico.

Y se nota. En sus estampillas están Diego Maradona, Lionel Messi, Sandro, Charly García, Eva Perón, Goyeneche, la ciudad de Mar del Plata, la medialuna con café con leche. Y hay una (que además es furor en redes) que es la estampilla de Argentina, que reza «tengo la ilusión de morir amando donde estoy», un tramo de una canción de Lucas Martí.

«La que más me costó fue la de Maradona, porque tiene un montón de detalles, tardé mucho, hice como cinco reversiones y finalmente no es de mis favoritas. La de Argentina es la que más me gusta porque es simple, sintética, tiene menos y dice más. Fue como un alivio, también, hacer algo no tan ornamentado y que funcione», agrega.

Foto Florencia Downes
Foto: Florencia Downes.

La de Messi fue la que más rápido salió. Brotó: fue durante el Mundial y la terminó en medio de los festejos del campeonato. «Estábamos todos tan empapados del tema… la carta del 5 de copas, las tres estrellas, la cara de Messi en todos lados, que salió en dos días. Fue la única que subí gratis, en alta calidad, en mis redes, y eso generó una escalada tremenda. En ese momento sentí que tenía que ser sólo una intermediaria de algo de la gente y para la gente», recuerda.

Su público incluye millenials, centennials y personas de más de 50 o 60 años que llega a su trabajo a través de las redes y va a buscar las piezas a alguna feria. El carácter universal de la filatelia seduce, también, a un segmento de edad que ella nunca imaginó poder llegar. «Muchas veces me emociona que se haya vuelto algo tan transversal, tan horizontal», agrega.

No sabe con qué personaje va a seguir. No sabe o no quiere decirlo. Las personas le hacen sugerencias: el Potro Rodrigo, Gilda, el Gauchito Gil, la Difunta Correa. Dice que quiere continuar por un camino de representación de las distintas ciudades icónicas de nuestro país, viajar e ilustrar. Está trabajando sobre una serie de San Martín de los Andes que incluye araucarias, rosa mosqueta y montañas. Un público ávido de estampillas y argentinismo está a la espera.

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