16 abril, 2024

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Un inmenso Jeff Bridges corona un trabajo excelente junto al director Jon Watts con ‘The Old Man’

Un experto de la CIA infiltrado en los campos de batalla de la Guerra de Afganistán de los 80, Dan Chase, interpretado por Jeff Bridges, de pronto se ve perseguido por su pasado pero, a los 73 años, ni su cuerpo ni su cabeza son los mismos.

Se estrenó en Star+ la serie ‘The Old Man’, un fascinante thriller de espías crepuscular cuya narrativa sigue las conveniencias de su género, pero de una forma mucho más laxa, considerando que su protagonista está en la tercera edad, en la que Robert Levine y Jonathan Steinberg adaptan la novela de Thomas Perry del mismo nombre con algunos cambios de escenario que no afectan a su esencia.

La serie permite tocar cuestiones existenciales y las escalas de grises en las verdades que siempre engañan. Steinberg y Levine se toman su tiempo en desarrollar completamente los personajes y las tramas secundarias centrándose, sobre todo en la compleja figura de su protagonista, un extraordinario Jeff Bridges, que compone aquí uno de los mejores personajes de su carrera.

Bridges hace de un anciano de vejiga débil, con huesos doloridos y una acuciante pérdida de memoria, pero pronto vemos que esto no le impiden seguir siendo un viejo bastardo duro y astuto dispuesto a hacer cualquier cosa para sobrevivir.

Dan Chase ha vivido 30 años oculto y de repente se da a la fuga. Pronto sabemos que ese no es su verdadero nombre, ni el único. También podemos verle como un joven agente de la CIA en Afganistán, interpretado por Bill Heck, y sabemos que está tratando de evadir la venganza por algo que sucedió en ese momento.

Los primeros episodios de ‘The Old Man’ son magistrales. La dirección de Jon Watts es puramente cinematográfica, las persecuciones silenciosas tienen una puesta en escena precisa, casi humorística, en las que la cámara cuenta todo sin necesidad de diálogos. El director de ‘Spider-Man: No Way Home’ vuelve a su etapa de ‘Cop Car’ pero a un nivel de forma en el que nunca se le ha visto.

Las escenas con los perros de Chase son tremendas y en general hay una sensación de estar viendo algo afín a ‘Fargo’ y los hermanos Coen más que una película post-John Wick. Conforme vamos entrando en la trama, las escenas de acción van dejando paso al misterio y las relaciones ocultas de los personajes, hay dos líneas de tiempo que mantienen la trama en marcha. Uno es el pasado de Chase, y otra el presente, con la conexión del subdirector del FBI Harold Harper, quien está a cargo de encontrarlo, hace que la investigación posterior y el juego del gato y el ratón sean sesgados.

Las cosas se complican aún más cuando un fantasma de su problemático pasado compartido regresa a perseguirlo. En medio de todo, la agente Adams y su misteriosa identidad presentan un tipo diferente de dinámica en la trama. Vemos la atención oscilando entre estos personajes, tanto en el pasado como en el presente, pero ninguno de ellos son unidimensionales. Todos tienen secretos que les atormentan y les definen. Espejismos del pasado, búsqueda de respuestas y redención.

El universo de ‘The Old Man’ es incómodo. Vemos a Bridges escapar y mostrar habilidades sorprendentes y es imposible no empatizar con el actor, pero nunca estamos completamente seguros de que deberíamos hacerlo. Lejos de ser un héroe, sabemos que es capaz de hacer cosas terribles, y cuando su camino se cruza con el de Zoe (Amy Brenneman), cuyo único error es permitirle alquilarle una cabaña, el anciano comienza a parecer más una amenaza e introduce una rica dimensión moral en la dinámica de la serie.

Ambición cinematográfica y un cliffhanger dudoso

Todo el reparto es excelente, pero John Lithgow sigue siendo espectacular como contraparte, y su personaje muestra flaquezas diferentes a las de Chase. La segunda mitad de la serie es más reposada y pone el objetivo en la compleja relación que une a todas las piezas del tablero, las secuencias de acción son más escasas y distantes entre sí, aunque siempre que aparecen, la dirección y la composición tienen mucha precisión y eficacia.

‘The Old Man’ como eje primario en composición, son los diálogos extensos, elementos dispares de noir y una torsión del pasado y el presente que le dan una impredecibilidad que se echa en falta en las series actuales, lo que la pone a nivel de grandes series con ambición de cine y elementos inusuales, como la cuidada partitura de T Bone Burnett y Patrick Warren. Que deciden un final con un cliffhangers que deja la sensación de querer más en un final de temporada.

Si bien, en el final tenemos un cliffhangers dudoso, pero tal y como está presentado parece que hayan dejado el episodio 8 de la serie en un cajón. No es esencial, sabiendo que lo más probable es que tengamos una segunda temporada. Sin embargo, una mancha que no logra borrar el hecho de que ‘The Old Man’ es un thriller brillantemente escrito, actuado y dirigido que mantiene nuestras suposiciones cambiando en todo momento y logra adentrarse en la fantasía de vivir cómo sería la vejez de un tipo implacable que se niega a caer y está dispuesto a atravesar con una bala a cualquiera que intente darle por rendido antes de tiempo.

Fuente espinof